Philippe A. Boiry, autor de “Relaciones Públicas o la estrategia de la confianza”, busca con esta publicación, definir claramente lo que es la doctrina europea de las Relaciones Públicas, en cuanto a la ética y deontología, es decir trata de reafirmar el aspecto humano de esta disciplina.
Boiry, hace un previo análisis a la llegada de las Relaciones Públicas en Europa, cuando el viejo continente, esta devastado después de la Segunda Guerra Mundial, con las industrias quebradas y la confianza de los pueblos perdida.
Mientras que desde años atrás en los Estados Unidos, las Relaciones Públicas surgían como una respuesta a una necesidad, de carácter sociológico y económico propia de un mundo que presentaba situaciones nuevas como la numerosa presencia de periódicos en Estados Unidos, la época dorada de los negocios e industrias, la posterior crisis económica de 1873 y 1884, la aparición del los “Muckcrakers”, esta forma revolucionaria de periodismo que sacaba a luz y denunciaba muchos secretos de los grandes empresarios como Rockefeller; en fin, la industria de aquella época se veía influenciada por la presencia cada vez mas fuerte de la sociedad y de sus públicos. Por lo que muchos de los agentes de prensa empezaron a formar sus propias empresas, dedicadas a asesorar la imagen y reputación de las grandes compañías.
Desde Ivy Lee, considerado el padre de las Relaciones Públicas en Norteamérica, pasando por el animador circense Barnum y hasta los creadores de las primeras empresas dedicadas a asesorar los problemas de imagen de las grandes empresas, junto con el publicity, la eficiente técnica que garantizó el éxito de estos agentes de prensa; se fueron curtiendo las primeras ideas de lo que se conocería después como Relaciones Públicas, quizá ayudados de la visión más humanista de Theodore N. Vail, el entonces presidente de ATT Company quien pensaba como empresa: “…nuestros intereses estarán mejor servidos, cuanto mejor atendidos estén los intereses del público”, una idea pionera de lo que hoy se trata como “armonizar a la organización con sus públicos”.
Esta concepción mas humanizada de las Relaciones Públicas como parte fundamental del management, es la que comparte Lucien Matrat, fundador de la primera asociación profesional francesa de relaciones publicas, y de quien Boiry se basa para su libro.
Matrat dice que las Relaciones Públicas se basan en la estrategia de la confianza; la Publicidad, se basa en la estrategia del deseo; y la Propaganda, en la estrategia del condicionamiento. Por lo que Boiry hace una clara diferenciación entre estas herramientas de comunicación y fundamentalmente, destaca el matiz sociológico que tienen las RR.PP en Europa.
Hay claros ejemplos de propaganda como las investigaciones del norteamericano Vance Packard, quien fue un pionero en las investigaciones en profundidad y motivación para obtener conocimientos acerca del subconsciente e inconciente del público, valiosa información que era empleada en los años 1950 tanto para fines publicitarios como propagandísticos, ya que no había una clara diferenciación en esos tiempos, e incluso con las RR.PP.
En conclusión Boiry trata de remarcar los límites de estas tres disciplinas, para evitar la confusión y sobre todo reconocer el carácter humano de las Relaciones Públicas.
Boiry, hace un previo análisis a la llegada de las Relaciones Públicas en Europa, cuando el viejo continente, esta devastado después de la Segunda Guerra Mundial, con las industrias quebradas y la confianza de los pueblos perdida.
Mientras que desde años atrás en los Estados Unidos, las Relaciones Públicas surgían como una respuesta a una necesidad, de carácter sociológico y económico propia de un mundo que presentaba situaciones nuevas como la numerosa presencia de periódicos en Estados Unidos, la época dorada de los negocios e industrias, la posterior crisis económica de 1873 y 1884, la aparición del los “Muckcrakers”, esta forma revolucionaria de periodismo que sacaba a luz y denunciaba muchos secretos de los grandes empresarios como Rockefeller; en fin, la industria de aquella época se veía influenciada por la presencia cada vez mas fuerte de la sociedad y de sus públicos. Por lo que muchos de los agentes de prensa empezaron a formar sus propias empresas, dedicadas a asesorar la imagen y reputación de las grandes compañías.
Desde Ivy Lee, considerado el padre de las Relaciones Públicas en Norteamérica, pasando por el animador circense Barnum y hasta los creadores de las primeras empresas dedicadas a asesorar los problemas de imagen de las grandes empresas, junto con el publicity, la eficiente técnica que garantizó el éxito de estos agentes de prensa; se fueron curtiendo las primeras ideas de lo que se conocería después como Relaciones Públicas, quizá ayudados de la visión más humanista de Theodore N. Vail, el entonces presidente de ATT Company quien pensaba como empresa: “…nuestros intereses estarán mejor servidos, cuanto mejor atendidos estén los intereses del público”, una idea pionera de lo que hoy se trata como “armonizar a la organización con sus públicos”.
Esta concepción mas humanizada de las Relaciones Públicas como parte fundamental del management, es la que comparte Lucien Matrat, fundador de la primera asociación profesional francesa de relaciones publicas, y de quien Boiry se basa para su libro.
Matrat dice que las Relaciones Públicas se basan en la estrategia de la confianza; la Publicidad, se basa en la estrategia del deseo; y la Propaganda, en la estrategia del condicionamiento. Por lo que Boiry hace una clara diferenciación entre estas herramientas de comunicación y fundamentalmente, destaca el matiz sociológico que tienen las RR.PP en Europa.
Hay claros ejemplos de propaganda como las investigaciones del norteamericano Vance Packard, quien fue un pionero en las investigaciones en profundidad y motivación para obtener conocimientos acerca del subconsciente e inconciente del público, valiosa información que era empleada en los años 1950 tanto para fines publicitarios como propagandísticos, ya que no había una clara diferenciación en esos tiempos, e incluso con las RR.PP.
En conclusión Boiry trata de remarcar los límites de estas tres disciplinas, para evitar la confusión y sobre todo reconocer el carácter humano de las Relaciones Públicas.
