martes, 8 de septiembre de 2009

La estrategia de la confianza: el lado humano de las relaciones públicas

A partir del determinante concepto de Ivy Lee, “nada de secretos, nada de confusiones con la publicidad, necesidad de suministrar informaciones auténticas y tener en cuenta el interés del público”, las relaciones públicas van tomando las características actuales, pero siempre ligadas a percepciones tácticas, como si fueran fórmulas de aplicación automática, dejando de lado la valiosa e imprescindible parte humana de la aplicación de las RR.PP, ésa, en la cual los especialistas tienen que actuar como psicólogos, para procurar mayor efectividad en sus acciones y por lo tanto mayor beneficio a las organizaciones.

En el cuarto capítulo del libro Relaciones Públicas o la estrategia de la confianza, Philippe Boiry, su autor, remarca la parte humanizadora de esta herramienta comunicacional, ligada al management, citando a Lucien Matrat (padre de las relaciones públicas europeas), quien dice que las RR.PP, fluyen a la par con varias ciencias humanas como la psicología, sociología, antropología, pero sin identificarse mayormente con una de ellas, ya que estas otras ciencias ayudan al desarrollo y entendimiento de la problemática de las organizaciones, ya que también estudian las diferentes conductas humanas.

Las relaciones públicas en conjunto con las ciencias humanas, buscan determinar patrones comunes que delimiten los sistemas sociales, su cohesión o separación, estudiando comportamientos individuales, relaciones interpersonales o sociales, para en base a ello desarrollar valores, objetivos y visiones que sean compartidos por estos grupos u organizaciones, de modo que puedan alcanzar la perfección.

La percepción humana de las relaciones públicas puede llegar a ser aplicada y entendida si se hace una separación del hombre en personajes diferentes, de modo que se pueda apreciar mejor su complejidad de comportamiento, es decir separar su lado humano, del lado instintivo y del lado productivo.

Boiry explica que el hombre se separa en tres entes distintos de acuerdo a la actividad socioeconómica que realiza. En primer lugar, el homo faber, el que se limita a la producción de bienes y servicios; el homo economicus, quien solo consume la producción del anterior; y el homo relationis, que llega a existir únicamente dentro de una colectividad, generando comunicación y estableciendo relaciones con otros homo relationis.

Por otro lado se pretende como en la mayoría de teorías, que las relaciones de confianza entre los públicos y las organizaciones, lleguen a ser viables, mediante el estudio y análisis de estos por parte de los relacionistas públicos, dentro de un grupo más grande. Una vez realizado este estudio, se debe construir un discurso adecuado que garantice una comunicación y que ésta a la vez consolide un ambiente de confianza.

Cuando la organización alcanza la comunicación con todos sus públicos, la idea de Matrat es de diferenciarla, de la simple información, ya que esta última no genera ningún “feedback”. Es decir debemos procurar comunicar y evitar informar ya que informando no recibiremos ningún mensaje de retorno y así no podremos saber si nuestro mensaje fue recibido y si fue bien decodificado.
Una vez más Boiry trata de mostrar el lado humano de las relaciones públicas, para no dejar de tenerlo en cuenta al momento de estar frente a una organización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario